Días Largos y Cortos
Días que son agradables, pacíficos y encantadores
Parece sentirse corto.
Mientras tanto, los días llenos de dolor, desgracia y remordimiento son aparentemente largos.
¿Por qué?
¿Has sentido esto también? Hubo un tiempo en mi juventud (9 años-11 años) en el que recuerdo que la vida estaba llena de alegría. Me despertaba los sábados por la mañana con un delicioso olor a desayuno; durante toda la semana, escuchando la risa armoniosa de mi hermana, sorprendentemente energizado para ir a la escuela, recuerdo esos días pasando volando: la vida era increíble.
A la edad de 12 años, me presentaron a la pornografía, y algo cambió a lo largo de los años venideros. El olor a tocino crujiente por la mañana todavía estaba allí, las risas alegres de mi dulce hermana siempre estaban presentes, y la escuela todavía era divertida, “a veces” pero ya no me di cuenta de estas cosas buenas. A pesar de lo bueno que me rodeaba comencé a atravesarlo como si no significara nada.
El porno se volvió importante para mí; mi hambre matutina eran deseos lujuriosos en lugar del desayuno hecho con amor de mi madre. El dulce sonido que busqué durante toda la semana se encontró en el otro lado de la pantalla en lugar de la alegría de mi hermosa hermana. En un instante, las cosas buenas que apreciaba se convirtieron en nada más que entumecimiento y placer aburrido, y los siguientes 8 años se convirtieron en una persecución aparentemente interminable que casi me llevó a la muerte, y vaya lo rápido que pasaron esos años.
Sin embargo, esto me enseñó algo que espero que aprendas hacer mejor que yo: Amar lo que es bueno. Simple, pero me tomó 8 años practicarlo finalmente; el mal me pareció bueno, pero al final no lo fue. Busca y encuentra la dulzura de la verdad y confía en mí amigo, la vida se ralentizará más tranquila de repente y amarás cada segundo de ella.
“Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio. Quita, pues, de tu corazón la ansiedad y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud: antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: “No tengo en ellos contentamiento”;” Eclesiastés 11:7-12:1 RVA2015